Poseer y poesía

Poseer y poesía

Él la poseía, yo la poesía.
él tenía su piel, su intimidad,
sus besos; yo, su candor,
su nube, su sonrisa.
Él la poseía, su rubor, su voz, sus dientes;
yo la poesía, la noche,
la brisa, los recuerdos.
Nos enseñamos a amarla
cada quien a su manera:
el hombre, con su voluntad
de ardoroso cazador
empecinado; el poeta,
con su elegante discurrir
en la pauta del poema.
Y no somos el mismo:
él soy yo, el hombre
que la posee; yo soy él,
el poeta que le escribe
este canto urgido de su escucha,
de su amor y su embeleso.

Fer Amaya

Foto: Lala Ninsaye Fierros

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