Mes: junio 2014

Pavana para una mujer sentada frente al mar

Silueta de chica sentada

Tú admiras un conato de nubes zurcidas por la tarde;
yo te admiro a ti, sentada frente al pacífico océano.
Tú eres la paulatina marea que llega hasta
lugares impensables refrescando el vuelo solar,
el letargo luminoso de la luna;
yo, este insensato mortal que ha hecho
un polvillo dorado de su euforia
por escribir tu nombre
con el trazo imborrable de la poesía.
Son incontables los sueños que te sueñan,
innumerable la emigración del pensamiento
que te lleva a un páramo de flores imprevistas,
dónde todo se hace posible
porque el cosmos lo celebra
y, con él, mi aurora de inéditas caricias
prodigadas al gentil parloteo de tu memoria.
Yo sigo aquí, de pie, escribiendo esta pavana
para ti cuando te descubro,
sentada frente al mar,
ensimismada en el acento de la lejanía.

El amor que vale

???

Lo tomarán de estos versos escritos
con el apremio de las horas urgentes;
lo volcarán como lava en sus besos,
sorteando con los labios
los escollos que pronuncia la piel
ahí dónde el deseo nunca duerme.
Saciarán su sed con el agua
abundante manando
de la urgencia que me hizo
escribir la razón de un desasosiego.
Se amarán con este amor
que nunca vio la luz
en el tiempo que fue;
ellos, ajenos a nosotros,
protagonistas de otro momento
y otra historia; ellos,
los prospectos amantes
en su presente preciso,
vislumbrado desde estas líneas
inspiradas y escritas para ti.