Mes: May 2022

Mayo sí es eterno

Foto: Eva Lepiz

Vivo para ti
la proeza de un mayo eterno,
la divisa incalculable de sus horas,
y el fuego total de sus pasiones.
Y será parte del adeudo
de la vida conmigo,
puesto que tu has optado
por dejar en suspenso
el milagro de un amor
a todas luces inequívoco.
Lo aseguran mis versos
y su tren de ágiles palabras
dictadas al apremio de la soledad.
Te doy a saber
que prefiero la eternidad
de lo incumplido
al encanto pasajero
de lo realizado.
Que más puedo ofrecerte
dime aparte de este
canto también efímero
como mi voz que lo canta.
Cúmplase la eternidad
de este mayo
que habrá de iniciar
en su último día,
sólo unas horas después
del que será para mí un mayo más
en el calendario de los onomásticos.

Fer Amaya

Tu sombra

Algunas veces me basta

con el discurso de tu sombra;

otras, tengo que recurrir

al espanto de tu ausencia,

al hecho de no poder verte

ya jamás cerca de mí.

Si alguien me hubiera dicho

que esto era el amor,

habría renunciado

a escribir poemas,

y habría laqueado los muros de mi alma,

con sangre de plomo y azogue.

Más no hubo quien me previniera,

y aquí estoy en espera de tu sombra,

a la orilla del camino

en donde, con cierta frecuencia, apareces

vestida con el atuendo

de aquella ultima vez,

cuando, me sorbiste el seso y

la médula, la vida y la memoria.

Foto: Fer Escobar

Loor a tu nítida sombra

Amo tu ser de provincial acento,
la tierna probidad de su figura,
en honras de su amor aquí madura
el canto de mi voz detrás del viento.

Al cabo que querer es pensamiento,
mi modo de pensar es escritura:
ingrávida saeta que se apura
en darle prontitud a este momento.

El verso que ahora ves ya desatado,
grumete del placer que se ha embarcado,
levanta el cabezal del ancla dura.

Estrena su pudor para tocarte,
al fin ya resolvió que, con amarte,
le dura el temporal y el mar le dura.

Fer Amaya

Alta marea

Que tal vez
me haya ahorrado
ese camino,
las lunas sin piedad
de ese camino,
sus soles silenciosos
y marchitos.
Pero ¿de dónde renació
ese temple
de egregia voluntad
que hoy me tiene
de pie sobre esta tierra,
enarbolando la bandera
que me reivindica?
La umbría de África
que corre por mis venas,
me hace comprender
que soy la obra viva
de un barco
que seguirá navegando
su absoluta libertad,
aún cuando la memoria del tiempo
solo sea un destello
de la sal que mora
en los huesos
del que nunca pudo arribar
a las rompientes
de nuestra emancipación.

Fernando Amaya

Foto: Sigfrido Olmedo